A.A en Ecuador

La historia de Alcohólicos Anónimos en el Ecuador

En una época donde el alcoholismo era visto más como una condena moral que como una enfermedad, surgió una luz en medio de la oscuridad. Esa luz llegó al Ecuador en forma de esperanza, a través de hombres y mujeres que, habiendo tocado fondo, decidieron apostar por una vida nueva. Así comenzó la historia de Alcohólicos Anónimos (AA) en nuestro país.

Los primeros intentos: voces solitarias buscando compañía

Antes de que existieran grupos formales, hubo personas valientes que, sin respaldo ni compañía, intentaron mantenerse sobrias en soledad. Se tienen registros desde la década de 1950 de miembros solitarios en ciudades como Manta, Quito y Guayaquil. Ellos fueron los primeros en descubrir el mensaje de AA a través de literatura extranjera o contacto en el extranjero, y aunque no lograron formar grupos estables en ese momento, sembraron las primeras semillas.

1966 – Cuenca: donde nació el primer grupo

El punto de partida de AA en Ecuador fue la ciudad de Cuenca, el 20 de marzo de 1966. Allí, un grupo de profesionales inspirados por el mensaje conocido en Colombia decidieron iniciar reuniones para apoyarse mutuamente. El grupo se llamó «Alianza Amiga», y fue conformado por médicos, periodistas, educadores y ciudadanos comprometidos con encontrar una salida digna al sufrimiento del alcoholismo. Sin internet, sin redes sociales y muchas veces sin comprensión social, estos pioneros se reunían con la firme convicción de que el mensaje debía transmitirse.

1968 – Guayaquil: nace el segundo grupo del país

Dos años después, el mensaje llegó a Guayaquil. Un ecuatoriano que había conocido AA en Estados Unidos regresó a su ciudad con la necesidad de mantenerse sobrio. Con la ayuda de un pastor anglicano que facilitó el primer local y otros tres compañeros más, se formó el Grupo Guayaquil, el 29 de abril de 1968. Poco a poco, fue creciendo, mudándose de lugar en lugar, superando rechazos sociales y abriendo camino para muchos otros grupos en la región.

1971 – Quito: se enciende la llama en la capital

En octubre de 1971, la capital ecuatoriana acogió el mensaje de AA gracias al impulso de una compañera que había vivido en Miami y de otro que venía desde Perú. Así nació el Grupo Quito, que desde entonces ha mantenido una actividad constante, extendiéndose a lo largo de toda la ciudad y sus alrededores.

Una red que se expande a nivel nacional

A partir de esos tres núcleos (Cuenca, Guayaquil y Quito), el mensaje de AA comenzó a difundirse a lo largo del país:

• 1973: Machala

• 1975: Riobamba

• 1978: Loja

• Años 80-2000: Imbabura, Los Ríos, Manabí, El Oro, Carchi, Esmeraldas, Pastaza, Zamora Chinchipe, entre otras.

Con cada nuevo grupo, surgían historias de esperanza: compañeros que dejaron el alcohol, familias que se reencontraron, vidas que recuperaron su dignidad.

De reuniones caseras a una estructura nacional

Con el paso de los años, AA en Ecuador se organizó. Hoy existe una Oficina de Servicios Generales, una Junta de Servicios Generales, una Conferencia de Servicios Generales, y una red de comités, áreas y distritos que trabajan para mantener vivo el mensaje. La comunidad se ha fortalecido no solo en número, sino también en espíritu, manteniéndose fiel a sus principios y Tradiciones.

Una historia de amor en acción

La historia de Alcohólicos Anónimos en el Ecuador no está escrita solo en fechas y lugares, sino en cada testimonio de recuperación, en cada apretón de manos, en cada abrazo que devuelve la esperanza. Hoy, más de 200 grupos funcionan en todo el país, ofreciendo gratuitamente una nueva forma de vivir a quien lo necesite.

Porque en AA, nadie está solo. Y como nos gusta decir:

“Solo por hoy, podemos vivir libres del alcohol… y compartir ese don con quien aún sufre.”

Misión

Movidos por el deseo de vivir, por el deber y por el amor, entendemos que nuestra única misión es llevar el mensaje de AA a quienes aún no saben que pueden recuperarse. (Tradición Cinco)
Esta misión se cumple aplicando un programa simple: Doce Pasos para la recuperación, Doce Tradiciones para la unidad de los grupos y Doce Conceptos que guían nuestro servicio.

Visión

Comunicar la experiencia, fortalezas y esperanza de sus colaboradores y reflejar la forma de vida de los alcohólicos anónimos con la recuperación, la unidad y el servicio. Llevar el mensaje a otros alcohólicos y servir de ayuda en su proceso de recuperación

Valores

"Nuestros principios pueden resumirse en dos palabras AMOR y SERVICIO".

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