Nosotros, los miembros de Alcohólicos Anónimos, somos personas que hemos llegado a entender y admitir que no podemos controlar nuestra forma de beber y que, para evitar el desastre personal y familiar, debemos vivir sin alcohol.

Formamos parte de una comunidad internacional informal con presencia en alrededor de 180 países y con miles de grupos locales, unidos por un único propósito: mantenernos sobrios y ayudar a quienes acuden a nosotros a alcanzar la sobriedad.

No somos reformistas ni estamos afiliados a ninguna organización, causa o religión; no buscamos que el mundo deje de beber ni reclutamos miembros, aunque siempre damos la bienvenida a quien lo desee. No imponemos nuestra experiencia, pero la compartimos con quienes nos la solicitan. Entre nosotros hay personas de todas las edades y de distintos orígenes sociales, económicos, étnicos y culturales. Algunos bebimos durante muchos años antes de aceptar que el alcohol nos dominaba; otros, con más fortuna, reconocieron el problema en etapas tempranas, al ver que su manera de beber se volvía inmanejable.